martes, 30 de abril de 2024 00:03h.
Opiniones

Baleares quiere su propio estándar

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La Obra Cultural Balear (OCB), la organización catalanista por excelencia en Baleares, no anda escasa de subvenciones y de elogios por parte del gobierno de Francina Armengol.

Esta entidad pancatalanista en un principio defendía las modalidades propias de cada isla: el mallorquín, menorquín, ibicenco y formenterense, curiosamente reconocidas por el artículo 35 de nuestro estatuto de autonomía.

La OCB decidió cambiar el rumbo y su ideología giró 180 grados debido a la incorporación de políticos dentro de esta organización. La Obra pasó de defender las modalidades a defender la uniformización del estándar catalán, y además, ahora también defiende la independencia de Cataluña y el derecho a la autodeterminación. Está claro que la lengua solo es una mera excusa para llegar a unificar el territorio del mismo dominio lingüístico.

El ensayo de Joan Font Rosselló y Joantoni Horrach, 'Sa Norma Sagrada', muestra claramente las intenciones anexionistas del pancatalanismo en Baleares y la politización de la lengua y la cultura.

Curiosamente, el pancatalanismo se excusa con "el problema de diglosia" del catalán con el castellano cuando en realidad, la palabra diglosia no significa "situación de inferioridad de una lengua con otra" sino que significa que una modalidad o dialecto es inferior a otro, en este caso, el balear está en diglosia con el catalán central. En Baleares, el pancatalanismo siempre ha menospreciado las modalidades y le han restado importancia.

Baleares necesita un estándar propio que no esté manchado ni por la política ni por los ideales expansionistas de Cataluña. Es relevante ver cómo durante estos últimos 100 años, muchos intelectuales ya se postulaban a favor de la creación de una "nación" con la excusa de la unidad de la lengua. Por ejemplo, Josep María Llompart dijo "primero unificaremos la lengua, después el territorio", este pensamiento ya está surgiendo efecto hasta el punto en el que muchos ciudadanos de Baleares ya no dicen ser mallorquines o menorquines sino que se sienten "catalanes de Mallorca" y además, tachan a Baleares como la "Cataluña insular".

Todos estos ideales se han ido transmitiendo en los colegios de Baleares como si de un hecho objetivo o verídico se tratase, esto tiene un nombre: adoctrinamiento, del cual muchos estudiantes somos víctimas si no comulgamos con la ideología del "profesor".

Si los baleares no hacemos nada para frenar estos "aires expansionistas" lo podemos lamentar. La solución es clara, un estándar balear donde nuestras modalidades sean objeto de estudio y protección, donde nuestra identidad no sea usurpada por otra ajena y donde no se cree odio a todo lo que no sea "catalán y Cataluña".