domingo, 19 de mayo de 2024 05:46h.

El día en que la palabra soledad se dejó de escuchar en el refugio de animales de Akron

Uno de los mayores temores del hombre es la incertidumbre al futuro, el miedo a la espontaneidad ese miedo innato que recorre nuestro cuerpo al pensar que todo aquello que pueda surgir sin ser previsto o planificado puede salir mal. No obstante a veces el destino guarda sorpresas y como en...
Uno de los mayores temores del hombre es la incertidumbre al futuro, el miedo a la espontaneidad ese miedo innato que recorre nuestro cuerpo al pensar que todo aquello que pueda surgir sin ser previsto o planificado puede salir mal.
No obstante a veces el destino guarda sorpresas y como en las películas o en los cuentos el efecto de una pequeña acción puede desencadenar una respuesta inesperada.

Este fue el caso de  Summit County Animal Control de Akron (Ohio)que puede parecer lejano en la distancia pero no deja de ser cercano en el sentimiento humano,


Es una historia que comenzó con el sexto festival de la adopción anual, hasta ahí todo normal,la sorpresa,fue cuando ante la estupefacción de los voluntarios delante del refugio una cola inmensa de personas se agolpaban para dar un hogar a esas mascotas que habían estado tanto tiempo sedientas de cariño y ternura, los voluntarios según cuentan difundieron unas simples fotos por las redes sociales.



















Para extrañeza y alegría de los voluntarios al final del día esa extraña fuerza que surge del subconsciente,ese sentimiento impulsivo que nos empuja a veces al ser humano tantas veces a las peores barbaridades, súbitamente por un día como en una comunión fraternal vació las paredes del hogar de animales de Akron incluso personas llegadas desde otros estados recorrieron largos kilómetros con el único objetivo de vaciar unas jaulas para llenar los corazones de miles de pequeñas mascotas que por un día contemplaron el mejor lado del ser humano y de bien seguro recuperaron la fe en aquellos seres que en un momento los abandonaron pero que ahora sin saber porqué les abrían de nuevo los brazos.