Como detallábamos en anteriores articulos, la Consejería de Exteriores de la Generalitat está siendo un autentico fracaso, la última escena de este "sainete" se produce con un Puigdemont muy enfadado con el encargado de acción exterior Raúl Romeva, al que expresa su preocupación por ser el "hazmerreír" de Europa debido a que no han conseguido contacto diplomático importante alguno ni apoyo externo para la famosa y tan cacareada "desconexión" con el estado.

Y es que con las recientes decisiones del Tribunal Constitucional cunde el pánico dentro de ésta consejería de que los órganos sean anulados,ésta percepción no se ha hecho esperar y se ha traducido en un éxodo masivo de cargos del área de diplomacia como Daniel Gimeno, Josep María Jové o Jordi Soler que pretenden otros destinos "más tranquilos".

Al miedo del Constitucional se le suma la más que posible pérdida de la cuestión de confianza de Puigdemont lo que significaría elecciones anticipadas y la más que segura disolución del órgano , por otra parte Anna Molas, encargada de organizar la agenda de este organismo ve como sucesivamente se le van cerrando todas las puertas de los gobiernos europeos que no la quieren recibir oficialmente y que les interesa poco o nada el "proceso secesionista".