Mañana se cumplirá una de las páginas más tristes de nuestra historia democrática, la salida de Arnaldo Otegi de la cárcel de Logroño es uno de los capítulos más ilustrativos del olvido y abandono que viven las victimas del terrorismo las cuales han sido olvidadas y excluidas por gobiernos de todo signo político.

Otegi, recordemos que además de ser el representante del brazo político de E.T.A, también fue investigado por el intento de asesinato de Gabriel Cisneros y por el secuestro de Javier Ruipérez miembro de UCD y quién no pudo identificar a Otegi a pesar de haber sido acusado por el etarra François Marhuenda de haber participado en el secuestro.

Tras una campaña mediática de la izquierda abertzale  apoyada también por numerosos miembros de Podemos y por ERC y BNG, Otegi mañana saldrá de la cárcel tras cumplir condena por formar parte de Sortu la cual el Tribunal Constitucional calificó como continuadora de Batasuna.

Aunque formalmente está inhabilitado los abogados de la izquierda abertzale ya han anunciado que buscarán cualquier hueco legal para que se puede a presentar a Lehendakari.

Las reacciones del gobierno han sido tibias, la excarcelación tanto de etarras como Urrusolo Sistiaga como de otros peligrosos etarras ha sido sucesivamente justificada bien por la "vía nanclares" o bien por la derogación de la doctrina Parot.

Mientras Reindo Unido negocia su "traje hecho a medida" para permanecer en la Unión Europea, nuestro gobierno no tuvo valor jamás para exigir a Bruselas que el tratamiento de los terroristas y sus crímenes fueran de lesa humanidad.