La coartada que dio ayer Artur Mas y las consejeras Irene Rigau y Joana Ortega ante el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha sido desmontada por el primer testigo en una sola frase. 

El testigo en cuestión es un inspector de Educación que en su declaración ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha manifestado con contundencia que "se estaba forzando a los directores de los institutos de secundaria", como mínimo, a ceder las llaves de los centros educativos para acoger la consulta separatista.

El inspector ha relatado que las directoras de dos institutos que dependían directamente de él, le informaron que habían recibido "instrucciones" por parte de la directora de servicios territoriales sobre lo que tenían que hacer el 9N. El inspector ha declarado que a las directoras les dieron tres opciones, 'hacerse cargo de los centros, buscar profesores que se encargasen como voluntarios o entregar las llaves a los servicios territoriales'.

Por lo que recomendó a dichas directoras que pidieran la orden por escrito a la Consejería de Enseñanza, cosa a la que la directora de los Servicios Territoriales se negó, simplemente se limitó a dar la orden verbalmente y se cabreó cuando se lo volvieron a reclamar.

El mismo recomendó a las directoras que no "No podéis permitir el uso de institutos si no recibís instrucciones concretas".