La alcaldesa de Barcelona pretende ganarse el favor de los partidos separatistas, a un año del fallecimiento de Muriel Casals. Ada Colau le otorgó este lunes a título póstumo la medalla de oro de la ciudad. La alcaldesa no dudó a elogiar a Carles Puigdemont por la labor que hace hacia el 'referéndum'.

"Es una lástima, una pena, no poder contar con Muriel aquí. Nos dejó de forma súbita, pero la huella que ha dejado en nuestra ciudad y en nuestro país es imborrable", ha dicho Colau en el saló de Cent del propio ayuntamiento.

Muriel Casals, en su juventud militó en el Partido Socialista Unificado de Cataluña, rama Catalana del PCE al que posteriormente acabó militando en ICV. Casals de catadura radical nacida en Aviñon (Francia) hija de un soldado izquierdista (Luis Casals García) que se escapó de España en la Guerra Civil mientras que sus compañeros luchaban.

Casals siempre tuvo una postura de militancia política en base a su desprecio a la sociedad española al que había mandado a su padre al exilio. Casals al llegar la democracia siempre vivió de la financiación pública colaborando en medios cómo el consejo de la administración de TV3 y también fue de parte de la junta del Ateneo Barcelonés.

En el 20 de marzo de 2010, tras el giro al separatismo de la Generalitat, Casals se convirtió en presidenta del lobby subvencionado 'Òmnium Cultural' donde le sirvió a Casals para poder medrar años después (2015) a ser la número 3 de la circunscripción de Barcelona, de la coalición separatista Junts Pel Si.

Muriel Casals entre su radicalismo dijo en 2011 que los padres que querían la educación bilingüe eran maltratadores de sus hijos. Forzando a la educación de una lengua regional ante la lengua de la nación y hablada por casi 500 millones de personas.

En el 14 de febrero de 2016, Muriel Casals falleció de un traumatismo craneoencefálico tras haber tenido un accidente en un paso de peatones, saltando un semáforo en rojo y haber chocado con un ciclista el 30 de enero. Casals estuvo 15 días en coma antes de fenecer.