Tras el caso en el que el concejal Josep Garganté intentó coaccionar a un médico, la Guardia Urbana cada vez muestra más su descontento con la alcaldesa populista Ada Colau. Colau no se mostró contundente tras salir a la luz una grabación en el que el concejal de las CUP intentaba coaccionar a un facultativo para que manipulara un informe médico en el que un "mantero" aparecía lesionado a causa de una caída, Garganté pretendía echar la culpa a la Guardia Urbana.

El cuerpo de la Guardia Urbana no se ha mostrado impasible ante lo que consideran un abandono y una irresponsabilidad por parte de quién debe de ejercer el mando para así llevar a cabo su trabajo correctamente.

Una muestra de este descontento es que con motivo de la comisión extraordinaria de la Comisión de Presidencia, Derechos de Ciudadanía, Participación y Seguridad y Prevención, numerosos sindicatos de la Guardia urbana hayan mostrado su descontento repartiendo panfletos reclamando la protección de los trabajadores municipales.

Los agentes reclaman protección para la labor ciudadana que hacen, además de la inacción en los problemas de la Guardia Urbana como en el caso de Garganté donde el mismo el Ayuntamiento no se personado como acusación particular, como debería hacer.

Por último representantes de numerosos sindicatos han reiterado que la función de los agentes es hacer respetar las ordenanzas y que según ellas, el "top manta" está prohibido y que si el consistorio de Colau no lo ve así pues que lo afronte pero que no cargue con la responsabilidad a los agentes.