El ser humano es capaz de lo mejor y a la vez de lo peor, una muestra más de ello fue la sorprendente reacción que tuvo el club de los aficionados canarios que acudieron a la final de la Copa del Rey de Baloncesto cuando un sector de la grada como tristemente se está haciendo habitual quería pitar el himno.

Lo que podía ser un "aquelarre" de desprecio a los símbolos nacionales acabó sorprendiendo hasta al más experimentado de los espectadores que iban a acudir a ver la final Barcelona-Real Madrid de Baloncesto y que devolvieron la dignidad a un instrumento para unir pueblos que jamás tuvo que politizarse, hablamos naturalmente de el Deporte.

Sin embargo a veces el deporte da valiosas lecciones de respeto a aficionados y profanos del deporte. 

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