martes, 30 de abril de 2024 00:58h.

"Que nos lo llevan": El pueblo de Madrid se levanta contra el invasor francés

Hoy 2 de Mayo se cumplen 208 años de que el valiente pueblo ibero jurara con rostro altanero que no pisaría su tumba la planta del extranjero.

Hoy 2 de Mayo se cumplen 208 años de que el valiente pueblo ibero jurara con rostro altanero que no pisaría su tumba la planta del extranjero.
 
Así finaliza la Oda al 2 de Mayo del poeta jienense Bernardo López, una oda patriota que loa el levantamiento del pueblo madrileño contra el invasor francés, que fue brutalmente reprimido, pero que dio origen al inicio de la Guerra de la Independencia que acabaría con la expulsión de las tropas francesas de España en 1814.
 
Las abdicaciones de Bayona habían generado una situación política muy inestable, con una dualidad entre los poderes propiamente españoles, y la autoridad francesa, encabezada por Murat.
 
El día 2 de mayo de 1808, Murat solicita una autorización para trasladar a Bayona a los dos hijos de Carlos IV que aún permanecían en palacio, María Luisa, reina de Etruria, y el infante Francisco de Paula.
 

La noticia se extendió por Madrid, y de la misma forma que había ocurrido con "el deseado" Fernando VII, el pueblo creyó que eran llevados en contra de su voluntad. Una multitud comenzó a congregarse frente al Palacio Real hasta que, al grito de "¡Que nos los llevan!", asaltaron el palacio. Murat aprovecha la situación para ordenar a la Guardia Imperial que abra fuego contra la multitud, provocando numerosos muertos. Pronto la rebelión se extiende por Madrid.

 
Las calles de Madrid arden, la población trata de organizar la resistencia como puede, utilizando las pocas armas disponibles, así como cualquier elemento susceptible de causar daño a los franceses. A pesar de los intentos por evitar la llegada de refuerzos, 30.000 soldados franceses llegan a Madrid, lo que inclina totalmente la balanza. Soldados profesionales y bien pertrechados contra población casi desarmada. Los mamelucos y los lanceros napoleónicos llevan a cabo una fuerte ofensiva, contra la que poco puede hacer la población.
 
Al mismo tiempo, a pesar de las órdenes de permanecer acuarteladas, algunas tropas españolas se unen a la revuelta. De ese modo, los capitanes Luis Daoíz Torres y Pedro Velarde Santillán intentan fijar un foco de resistencia en el Parque de Artillería de Monteleón, aguantando las cargas francesas y muriendo durante la defensa heroica.
 
Murat se hace con el control de la Junta de Gobierno, lo que rompe todos los acuerdos establecidos en el Tratado de Fontainebleau y supone la consolidación del poder francés. Para consolidar ese poder, Murat decide llevar a cabo una fuerte represión que consiga inculcar el miedo a la población y eliminar cualquier sombra de rebelión.
 
La tarde del 2 de mayo, Murat firma un decreto por el que se crea una Comisión Militar, presidida por el general Grouchy, cuya función es gestionar la ejecución de todas las personas que fuesen capturadas con armas. Al mismo tiempo, desde el Consejo de Castilla se prohíben todas las reuniones en lugares públicos y se exige la entrega de armas.
 
La represión comenzó el propio día 2 de mayo, con un total de 43 personas, 32 de las cuales fueron fusiladas en el Salón del Prado. Al día siguiente, el 3 de mayo, se fusilan 24 personas en Príncipe Pío y otras 12 en el Buen Retiro. Según varios estudios, el número total de muertos durante el levantamiento madrileño oscilaría entre 400 y 500.
 
A pesar del fracaso del levantamiento, la noticia se difunde rápidamente y comienza a provocar reacciones. La más importante, la de Juan Pérez Villamil, Secretario del Almirantazgo y Fiscal del Supremo Consejo de Guerra, que publica un bando en el que anima a los españoles a levantarse en armas contra los franceses. Comenzaba la Guerra de Independencia española.