viernes, 19 de abril de 2024 00:14h.

El "Boicot a los productos catalanes" es colaborar con el separatismo

No es un tema tabú, en estos últimos años se empezó en varias zonas de España a hacer boicot a los productos catalanes. Cada persona es libre de consumir lo que quiera. Pero las campañas de boicot a los productos catalanes han sido utilizadas por los separatistas para tener argumentos emocionales.

Los separatistas necesitan nutrir el odio de Cataluña, que sienten algunos segmentos de la población española no sólo para cargarse de argumentos emocionales contra España, si no de cargarse de argumentos económicos.

Cabe recordar que en las elecciones del 27 de septiembre del 2015, donde Artur Mas intentó hacer unas elecciones plebiscitarias, no sólo ganó el NO, que si no además, el rechazo al separatismo ganó en las zonas más productivas de Cataluña.

Es normal pensar que cómo la gran parte de la burguesía siempre estuvo al lado de Pujol, se tiene el tópico que fue la burguesía que colaboró con el sistema, pero hay que recordar que las empresas se adaptan a los gobiernos para sacar beneficios. El sistema electoral catalán está claramente desproporcionado, para que los partidos separatistas obtengan más escaños, buscando el voto rural. Los resultados han sido que muchos empresarios pudieran cobrar subvenciones se adaptaran al sistema político de Convergencia.

No sólo convergencia, si no el PSC fue cómplice.


Cuando gobernó Maragall y Montilla se hicieron pactos en el tripartit, esa contradicción llevó a la decadencia del PSC. Porqué el votante socialista medio suele alejarse del separatismo y ademas suele tener raíces del resto de España. El sentimiento no es tan exacerbado como el votante medio del PP pero aún y así se siente identificado con el resto de España, salvo excepciones.

Felipe V y Franco apoyaron la economía catalana.


Cosa que molesta mucho al separatismo es recordar que las revoluciones industriales las hicieran justamente sistemas políticos centralistas dónde por dos bandas, favoreció la creatividad catalana y deshacerse de un sistema burocrático que permitía grandes inversiones. Sin contar el proteccionismo industrial del sistema arancelario.

El boicot es una respuesta emocional anti-patriótica.


El patriotismo económico busca el bienestar de los trabajadores del estado, con sus respectivos derechos. Hay que pensar que muchas familias ajenas al separatismo trabajan no sólo para producir, si no para ganarse la vida. Es muy común en las zonas urbanas, familias con orígenes de Cataluña como del resto de España ya entremezcladas. Y eso refuerza la identidad hispana de Cataluña, y añade un cosmopolitismo cultural que es usado para el favorecerse comercialmente.

Activistas pro-boicot alegan que los impuestos recaudados por las compras de productos catalanes van a parar a la Generalitat, pero eso no es culpa de los trabajadores, si no, de la complicidad de los gobiernos desde la transición que han preferido crear un sistema Autonómico donde se favorece el enchufismo y el enriquecimiento improductivo. Es más esa burguesía no industrial (servicios incluidos), busca el control del poder en Cataluña para no tener persecución legal.

Empresarios separatistas.


Como hay de todo en este mundo, también hay un segmento de empresarios posicionados en el separatismo, (http://is.gd/Rgb6eT Fuente Dolça Catalunya. Uno de los empresarios más subvencionados de la Generalitat. Es Victor Grifols de Grifols que llevo la empresa a Irlanda para pagar menos impuestos. (http://is.gd/J0OGYc Fuente: El País) y nunca ha tenido el mas mínimo reparo en apoyar el separatismo (http://is.gd/TqEVxW fuente Libre Mercado)

 

 La mayoría de empresas catalanas tiene intereses en el resto de España.


La mayoría de empresas catalanas como todas han buscado mercados, dónde el resto de España cómo el ejemplo de Josep Bou, presidente de la patronal "Empresaris de Catalunya" que explicó a varios medios de comunicación que sus ventas estaban en el resto de España, y lo comentó con su característico acento catalán.

El principal cliente de Cataluña es Aragón, y le siguen Madrid y Valencia. Así que qué interés tiene el mundo industrial en poner fronteras que sólo sirven para subir impuestos para mantener instituciones y la burocracia. Y eso la principal victima es el mundo laboral.

Los separatistas tienen su mercado.


Hay empresas que deciden no salir de Cataluña como el Grupo de supermercados "Bon Preu" o el grupo la XECNA, que hacen productos o servicios que destacan en su poco esmero cualitativo pero con una clientela fiel consumidora de productos de valor añadido. Cuyo negocio es vender un producto de valor "identitário" separatista por encima de un valor de consumo.

Propuesta de solución.


Exigir a los empresarios un posicionamiento individual y claro. Y cerrar instituciones innecesarias como las autonomías reduciendo cargos públicos favoreciendo la inversión y los puestos de trabajo y que eliminaría con ese cierre de instituciones, la promoción de motivos separatistas. Y el control de las personas que han ayudado el separatismo, como los boicots para el interés general