domingo, 05 de mayo de 2024 11:09h.
Opiniones

Albert Rivera "El linchamiento de un hombre cuyo único delito fue presentarse a unas elecciones"

En una campaña electoral se puede entender no compartir un programa electoral, tener discrepancias con algunos punto, lo que es del todo punto incomprensible e indigno es mentir acerca de la ideología de un partido o incluso descalificar personalmente al candidato.

Este es el caso del propio Ciudadanos que ha sido simultáneamente de derechas para Podemos y PSOE de izquierdas para el Partido Popular y extremista a la vez que tibio para separatistas y gente de Podemos, cualquier observador medianamente sensato podrá deducir que una de dos o Ciudadanos es el partido "perfecto" porque es todo el espectro político o bien alguien miente, la conclusión más lógica es la segunda.

Lejos de poner etiquetas políticas solo ya con el partido, la descalificación personal han llegado al plano personal de forma tan descarada que incluso ha llegado a los tribunales como en el caso de Juan Carlos Monedero.

Se ha dicho de Rivera que era consumidor de cocaína, que recibía donaciones de traficantes de armas, se han intentado incluso trucar fotos para que parezca que alza el brazo con el saludo romano , hasta se le ha reprochado ser de orígen catalán. Esto en un país democrático normal sería para el entorno político de quién lo vierta sería un descrédito directo sencillamente porque una descalificación personal nunca es un argumento, si no que es una simple "falacia ad hominem" es decir un simple insulto personal, por más que se la quiera vestir de ironía como el caso de "La Naranja Mecánica" o disfrazar de estribillo como en el caso "El Partido del Ibex 35.

En resúmen por más que nos disguste un candidato, o nos desagrade el hecho de que expresemos el desagrado mintiendo o acudiendo a la ofensa personal, no contribuye a reforzar nuestros argumento si no por contra nos desacredita al ser incapaces de estructurar una argumentación.

La credibilidad del discurso disminuye definitivamente cuando como en el caso de Podemos se viene avalado en el caso del señor Tsipras el cual incumplió sus promesas electorales, ignoró un referéndum y acabó haciendo lo que habría hecho un gobierno conservador en Grecia.