La tercera noche consecutiva de disturbios en el barrio barcelonés de Gràcia, a raíz del desalojo el lunes de una antigua sucursal bancaria ocupada en 2011, se ha saldado con un detenido y once personas heridas, seis de ellas agentes de los Mossos y cinco manifestantes.

Representantes de la Policia Autonómica catalana han destacado que se trata de grupos organizados de "kale borroka" y que se práctica "terrorismo de baja intensidad", poniendo así en grave peligro a los vecinos del barrio, que por otra parte, y salvo excepciones, están muy preocupados por el cariz que están tomando estas protestas.

Durante los altercados, de mayor intensidad de los registrados el martes, los radicales han volcado 60 contenedores y han quemado tres para formar pequeñas barricadas, han calcinado tres cajeros automáticos, han estallado el escaparate de una tienda de deportes, de una de telefonía móvil, y han destrozado completamente una oficina bancaria.

También han hecho pintadas, y han roto los cristales de una marquesina de autobús, de tres cabinas de teléfonos y de varias entidades bancarias. El Ayuntamiento de Barcelona ha cifrado este jueves en 14.500 euros los daños sufridos en contenedores y otros elementos del mobiliario urbano, y ha indicado que el valor de reposición del material dañado es de unos 3.500 euros.