lunes, 29 de abril de 2024 21:47h.

Catalanes que lucharon por España: "Los Últimos de Filipinas"

Los movimientos insurgentes filipinos comenzaron en el último tercio del siglo XIX, pero no sería hasta la década de los 90 cuando adquirieron tintes de rebelión. En estos años se forma la sociedad secreta de influencia masónica, Katipunan, por Andrés Bonifacio. Esta sociedad tenía como objetivo conseguir la independencia del archipiélago...
Los movimientos insurgentes filipinos comenzaron en el último tercio del siglo XIX, pero no sería hasta la década de los 90 cuando adquirieron tintes de rebelión.

En estos años se forma la sociedad secreta de influencia masónica, Katipunan, por Andrés Bonifacio. Esta sociedad tenía como objetivo conseguir la independencia del archipiélago del dominio español.


Katipunan tuvo un papel muy destacado en la rebelión que estalló en 1896. Una facción de este grupo, los magdalo, monopolizaron la sociedad y lograron expulsar a Bonifacio, proclamando a Emilio Aguinaldo como jefe, que más tarde se convertiría en el primer presidente de la República de Filipinas.En este contexto interno en Filipinas, comienza la guerra hispano-estadounidense en Cuba, en abril de 1898, con el hundimiento del acorazado estadounidense Maine. Inmediatamente las fuerzas estadounidenses se dirigen a las Filipinas, infligiendo una dura derrota a la Armada española del Almirante Montojo en Cavite. Los españoles firmaron la rendición a los EE.UU el 10 de diciembre de 1898 con el Tratado de París.

Con el estallido de la guerra en Filipinas en 1896, Aguinaldo y sus hombres intensifican los ataques a las fuerzas españolas. Una de las zonas que atacan los insurgentes será el pueblo de Baler, en la isla de Luzón, cercano a la capital del archipiélago, Manila.

El sitio de Baler durará 337 días, en los cuales los filipinos atacarán continuamente a los españoles, fracasando en todos sus intentos, a pesar de contar con cañones trasladados desde Manila, capital de la nueva República. Por otro lado se envían continuamente mensajeros ofreciendo la paz a los españoles, cosa que estos rechazan continuamente, aunque España se había rendido oficialmente en diciembre de 1898.


Finalmente el teniente Martín Cerezo recibe noticias reales sobre la rendición de España, mediante un periódico de la época. Los españoles para rendirse, piden un trato honroso y que no sean considerados prisioneros de guerra, cosa que aceptan los filipinos. El 2 de junio de 1899, las tropas españolas abandonan la iglesia de Baler, entre la admiración de sus enemigos filipinos.

Entre los supervivientes del destacamento perteneciente al BATALLÓN EXPEDICIONARIO DE CAZADORES Nº 2 hubo 4 valientes que eran catalanes;

Soldado José Pineda Turán, natural de Sant Feliu de Codines, Barcelona

Soldado Pedro Vila Garganté, natural de Taltaüll, Lérida

Soldado Pedro Planas Basagañas, natural de Sant Joan de les Abadesses, Gerona

Soldado Ramón Mir Brills, natural de Guissona, Lérida



Dos leridanos y dos barceloneses que hacen bueno el dicho aquel de "España no morirá nunca mientras haya un catalán dispuesto a defenderla".

El Sitio de Baler, mas popularmente conocido como "Los Últimos de Filipinas", es una de esas historias que se quedaron grabadas en el inconsciente colectivo de esas generaciones de españoles.

Ahora, por desgracia, se tiende a eliminar estas historias de la educación de nuestros niños, pero siempre habrá alguien dispuesto a rememorar estos pequeños tesoros de la historia española.