El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tras sus reiterados fiascos diplomáticos, echa ahora balones fuera y culpa de sus fracasos al Estado español, la excusa no es nueva, evidentemente, pero el gobierno catalán sigue viendo la mano negra de España detrás de todos sus males.

Carles Puigdemont, ha denunciado durante su viaje a Londres que el Gobierno español ha enviado embajadores especiales a mantener contactos con altos cargos por "desmontar" el proceso separatista catalán. "El caso catalán interesa tanto, que hasta parece que el propio Gobierno ha decidido enviar gente a recorrer miles de kilómetros por el mundo a intentar contrarrestar estas explicaciones que nosotros decimos en primera mano", ha lamentado.
 
El presidente ha instado al Ejecutivo en funciones “a recorrer los 500 kilómetro de distancia" que separan Madrid de Cataluña para dialogar con el Gobierno de la Generalitat y "hablar exactamente de qué acuerdo adoptamos todos juntos de manera democrática para poder hacer posible lo que es un deseo democrático ".

Según ha puesto de relieve, esta respuesta diplomática del Gobierno español y el interés que el proceso político catalán suscita y que ha podido constatar durante el viaje oficial que hoy cierra en Londres "vienen a desmentir este mantra que desde el gobierno se viene extendiendo que el caso catalán no interesa a nadie”.