Tras la elección de Miquel Iceta y el declive del PSC debido a su ambigüedad ante el separatismo, el partido socialista ha perdido mucha representación durante los últimos comicios tanto municipales, autonómicos y Generales, lo que repercute en menos ingresos por parte de las subvenciones públicas y sumado a aumentado de gastos debido a las deudas bancarias. Se han visto obligados a vender su sede central de la calle Nicaragua, 75 para buscar otra de precio más asequible.

El partido se plantea buscarla en la zona de Pueblo Nuevo o Nou Barris, lugares dónde históricamente el “Partit dels Socialistes de Catalunya” ha tenido su núcleo electoral. Además se plantean que el tamaño de la sede central sea de tamaño más reducido que la anterior.

El PSC actualmente tiene 16 escaños en la Generalitat y goza de una gran desconfianza y desmovilización de su electorado por falta de un liderazgo serio y concienciado con las necesidades de los trabajadores. Sin contar la huida de miembros del partido que pertenecían a la burguesía separatista y que ahora militan en Junts Pel Si a través de 'Moviment D'Esquerres'.

Otro motivo que le pasa factura al partido socialista es precisamente en la etapa de Maragall y de Montilla, hubieran pactado con los comunistas de ICV y en especial con los separatistas de Esquerra Republicana de Cataluña, que el propio electorado no olvida su nefasto gobierno.

Actualmente el partido tiene un programa de una tercera vía para Cataluña, que aboga por convertir España en un estado federal. Una vía con muy poca aceptación ese modelo dentro de Cataluña, si no, que la sociedad prefiere entre un estado centralizado o el secesionismo.

Después de las meteduras propias del partido, lo que ha rematado la situación es la aparición de 'En Comú Podem' que no se pronuncia sobre su posicionamiento ideológico, salvo a una izquierda genérica para movilizar a las clases más bajas de la sociedad de la cual fue el electorado histórico del PSC.