Este domingo por la mañana se ha producido una manifestación que reunió al movimiento separatista contra el Tribunal Constitucional a la cual se les unió el líder del PSC Miquel Iceta y los sindicatos. La manifestación transcurrió desde la plaza Urquinaona y pasó por la Vía Layetana donde finalizó. Según la Guardia Urbana los separatistas reunieron a 8.000 personas, mientras que fuentes de la ANC declararon que habían acudido 60.000 personas.

Miembros del PSC, cómo Miquel Iceta, Jaume Collboni y la diputada socialista Eva Granados no han tenido el más mínimo reparo en unirse al partido populista Barcelona en Comú y a varios partidos separatistas. Los lideres del PSC no dudaron en posar al junto al presidente de ERC Oriol Junqueras, La presidenta del Parlament Carme Forcadell o la Convergente Neus Munté, además diputado de Gabriel Rufián.

Desde que el actual gobierno de Cataluña iniciara la legislatura está legislando leyes que están fuera de sus competencias, que pertenecen al gobierno español o a la Unión Europea, es por ello que el Tribunal Constitucional les recuerda que en base a la Constitución que están fuera de la ley y que sus leyes rupturistas no tienen cabida en un estado de derecho. Debido a que el gobierno separatista no puede proseguir con su proyecto separatista han movilizado a los ciudadanos bajo un falso pretexto.

Este intento de legislar leyes bajo un discurso social, también sirve cómo propaganda para culpabilizar al estado y a la Unión Europea. Cómo por ejemplo la ley de pobreza energética de la cual, se cubriría la factura a la gente necesitada bajo los impuestos públicos, en lugar de bajar la factura globalmente. Y de la cual esa ley de protección estaría solventado por los ciudadanos.

Esta estrategia de los partidos separatistas para atacar al tribunal constitucional, es aplicada desde la llegada de Jordí Sánchez a la presidencia de la ANC, debido a la bajada de socios de la Assemblea Nacional Catalana, pretenden dar un discurso más social intentando disimular que el lobby separatista se mantiene bajo las subvenciones mínimos.

Debido a la ambigüedad del PSC y la corrupción de los sindicatos, no es de extrañar de la desconfianza social hacia estas manifestaciones, cargadas de retorica pero genera una desconfianza social al ir de la mano de los políticos secesionistas.