El etarra Salvador Sopelana Gaizka fue excarcelado en 1979 para que ETA liberara a Javier Rupérez, el que fuera miembro del Comité Ejecutivo y Secretario de Relaciones Internacionales para el gobierno de Adolfo Suarez. Posteriormente el etarra fue acusado de recoger cócteles Molotov en la sede de Herri Batasuna en Barakaldo y de pertenecer a un comando armado, por lo que se escapó a vivir a México donde pasó 35 años prófugo de la justicia española.

Sopelana de 55 años decidió volver voluntariamente a España tras conocer que tenía un tumor maligno en el pulmón, para someterse a una operación gratuita en la Seguridad Social donde ingresó el pasado 12 de agosto en el Hospital de Cruces tras su regreso, donde se le practicó una operación para extirparle un tumor maligno alojado en el pulmón de 9 kilos de peso, los médicos lograron salvarle el pulmón pero el prófugo ingresó directamente en la UCI donde acabó muriendo.

La asociación de presos de ETA realizó un comunicado donde remarcó que la condición de "exiliado" del terrorista «le ha dificultado obtener la asistencia sanitaria necesaria». También destacaron que los prófugos tienen una gran inseguridad.