Primero fue la batalla contra compresas y tampones después la ocurrencia de las familias comunitarias "estilo tribu" y ahora le ha tocado el turno al turismo.

Y es que la formación separatista de extrema izquierda CUP no deja de aprovechar sus concejales y portavoces para emplearlos como altavoz para las ideologías más extremistas de izquierda, el turismo es el siguiente enemigo de éstos "revolucionarios" que bajo un cartel con la estatua de Cristobal Colón tachada y la Torre Agbar pretenden disuadir a los turistas de visitar Barcelona.

Podría ser una anécdota si no habláramos de millones de euros del sector que casi más factura de toda España, Cataluña y la costa Mediterranea del resto de España son las que con su atractivo de playas y ocio más visitantes extranjeros atraen.

No obstante para la formación secesionista de extrema izquierda ésta realidad no parece existir y en su mundo paralelo pretenden buscar alternativas a lo que consideran como un fenómeno denigrante, hemos podido ver en los últimos meses incluso entre la extrema izquierda lemas como "echa al turista acoge al refugiado y similares"