Ni hubo sorpasso y los resultados no han sido ni por asomo los resultados esperados por Podemos, ni íñigo Errejón pudo disimular en su primera comparecencia la decepción entre la diferencia entre las perspectivas y la cruda realidad.

Podemos recibe por primera vez un jarro de agua fría en una contienda electoral muy deseada entre la cúpula de Pablo Iglesias, por su parte el PSOE baja ligeramente pero sin caer de forma estrepitosa como le vaticinaban las encuestas.

Ni la famosa confluencia con Izquierda Unida ha podido satisfacer las pretensiones de un Pablo Iglesias que pretendía tomar "los cielos por asalto" pero que se ha acabado dando de bruces con la realidad.

Capítulo aparte ha sido el penoso capítulo de los sondeos de los cuales ninguno se ha acercado y que han planteado una diferencia ilógica de 14 escaños de diferencia a un partido popular que ha sacado unos grandes resultados con respecto lo que los sondeos predecían, Ciudadanos por su parte ha sufrido las consecuencia de su pacto con el PSOE y sufre la migración de su electorado de derechas que retornan a calle Génova que recupera a sus votantes tradicionales que lo habían castigado por los casos de corrupción