A algunos se les llena la boca de la palabra "democracia", pero a la hora de la verdad tienen pánico a que hable la gente.

Parece ser que el tan manido "Dret a decidir" era solo un eufemismo para decir "Independencia", dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y esta vez ha sido un referéndum sobre el Monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro en Tortosa el que ha hecho que los ultraizquierdistas se quiten la careta de demócratas y se manifiesten en contra de celebrar dicha consulta popular.

Del volem votar (queremos votar), hemos pasado al no volem que es voti (no queremos que se vote)

La celebración de esa consulta, planteada como vinculante, está incluida en los acuerdos entre CDC y ERC para gobernar la ciudad, pero la CUP, que solo tiene un concejal, rechaza la permanencia de la escultura hasta el punto de amenazar con llevar al alcalde Ferran Bel (CDC) ante los tribunales si, tras la votación –a la que no otorga legitimidad--, se decide su permanencia.

A dos semanas de la consulta popular sobre el monumento franquista del río Ebro, la CUP ha celebrado un acto en Tortosa para exigir la retirada inmediata, en el cual han participado unas pocas decenas de personas.

El exdiputado de la CUP David Fernàndez ha lamentado la "falta de valentía política" en la ciudad al organizar la consulta porque considera que "banaliza el fascismo y minimiza lo que fue el franquismo". Para los cupaires, "al fascismo no se lo puede consultar nunca". La portavoz de la CUP en Tortosa, Núria Rodríguez, lamenta que "no se ha fomentado el debate" entre la población y cree que la consulta, los resultados de la cual no acatarán, "no es la manera de resolver este tipo de conflictos".

Hace sólo dos semanas, el grupo municipal de la CUP en Tortosa presentó un requerimiento en el Ayuntamiento porque cumpliera la Ley de la Memoria Histórica, un paso previo para poder traer el caso a la justicia y que da tres meses al consistorio para responder.