El Ayuntamiento de Barcelona encabezado por la alcaldesa populista Ada Colau ha elaborado el primer plan del Estado en contra de la islamofobia con carácter preventivo.

En la presentación, el teniente de alcalde de Derechos de Ciudadanía, Jaume Asens, ha defendido este martes que hay que fortalecer la cohesión social ahora que "los ataques de odio están en auge", y ha anunciado que el consistorio estudia aprovechar la reforma del ordenanza del civismo para incluir una infracción vinculada en las acciones de odio contra los musulmanes, como los insultos y los acosos a la calle.

Curiosamente el consistorio barcelonés estuvo escandalosamente pasivo ante la agresión a dos azafatas de la plataforma Barcelona con la Selección por parte de cuatro violentos secesionistas y el mismo Gerardo Pisarello demostro su hispanofobia retirando de malas maneras una bandera de España del balcón del ayuntamiento barcelonés cuando el político del PP, Fernández-Díaz se disponía a desplegarla.

La reforma del ordenanza es una de las aspiraciones del gobierno de Ada Colau para este mandato y Asens calcula que podría aprobarse en un año. Según el teniente de alcalde, se trataría que la norma también establezca multas por cuando los musulmanes reciben ataques que "no tienen un alcance tan grave como para ser tratados por la vía penal", pero sí por la administrativa, y conseguir así que no queden impunes.

A pesar de que las acciones islamófobas se reproducen especialmente en otros puntos de Europa, Asens considera que el Estado no está inmunizado y ha apostado para "crear anticuerpos" para combatir el fenómeno preventivamente mediante el nuevo plan municipal. "La islamofobia es una gran fábrica que alimenta el yihadismo", ha avisado.