jueves, 02 de mayo de 2024 19:02h.

Cuando Colau era defensora incondicional de los trabajadores del Metro

Como ya dijimos en anteriores artículos, existen determinados ámbitos como la oposición en los que es comodísimo hacer crítica indiscriminada, en esa posición todo suena bien, se obtienen apoyos de todos los sectores y además el descontento popular ocasional se posiciona a favor del que lleva a cabo la crítica...
Como ya dijimos en anteriores artículos, existen determinados ámbitos como la oposición en los que es comodísimo hacer crítica indiscriminada, en esa posición todo suena bien, se obtienen apoyos de todos los sectores y además el descontento popular ocasional se posiciona a favor del que lleva a cabo la crítica indiscriminada.

El problema de una extremista de izquierdas como Ada Colau es que es eso, una populista y al ser una populista depende del momento y del sentir puntual del pueblo hacia el gobernante, cuando el gobernante no es uno entonces el juego de la revolución es fantástico y el espíritu del justiciero imbuye al que lo lleva a cabo mediante la llamada protesta social.

A este club de protesta social eterna, están apuntados artistas los cuales no gobiernan, hombres de "cultura" los cuales tampoco gobiernan, sindicatos los cuales tampoco lo hacen y por último algunos llamados movimientos "sociales",en el caso de Colau pues ha tenido la mala suerte de ahora tener que rendir cuenta de su hipocresía en sus años de "lucha social"

Ahora Colau se encuentra atrapada en su propia trampa cuando ha tenido que abordar el conflicto en pleno MWC y aquellas protestas ya no le parecen tan idealistas.